¿Que nos enseña la impaciencia? Y como lo saben los perros

Ultimamente me he sentido con inquietud por entender más ciertos aspectos que nos rodean día a día, al estar dedicándome a varias labores y convivir con animales, he podido percibir que el famoso estrés, si el estrés ha estado siempre presente y ahora lo noto más facilmente cuando veo que los animales de compañía lo resienten la mayoría de las veces si no es que siempre, lo resienten mucho, resienten mucho nuestra forma de sentirnos. Si nos enfocamos más por estudiar su naturaleza y biología, podremos aprender que ellos nos saben leer de forma corporal, hacen una lectura biólogia emocional de nuestro cuerpo e inmediatamente reconocen nuestro estado de ánimo, por muchas palabras que utilicemos, nuestras emociones son las que predominan inevitablemente. Y la impaciencia es la protagonista a mi forma de conclusión, porque si nos sentimos con desgano y desesperanza, es muy válido que no queramos ser comprensivos, si no al contrario, queremos que nos comprendan, y nuestros perros pueden hacerlo, sólo que nos ha hecho falta sabernos comunicar con ellos, los perros nos abren la puerta a esa verdadera comunicación, no importa si eres humano o eres perro, al final si conectamos con el verdadero motor que mueve esos hilos del entendimiento, de como funcionan las conexiones en la naturaleza y como todos los ecosistemas logran llevar a cabo todo sin necesidad de las palabras, es como podemos "hablar" con nuestro perro y con quién queramos, podremos hablar con esa persona que tanto queremos pero que no hemos podido entablar una buena conversasión, etc. Siendo impacientes lo que logramos es sentirnos ansiosos y ¿que creen? así es, los perros se pondrán igual o más ansiosos, porque ellos nos quieren sentir y ver bien, y nosotros al estar irritables, con regaños y nuestras mentes llenas de esos pensamientos grises, no dejamos entrar ni tantita luz para aterrizar y voltear tantito a mirar esa ventana que deja ver un cielo azul, ese sillón que nos ayuda a descansar, a mirar a nuestro perro que nos recibe con gusto, y al estar encerrados permanentemente en ese ciclo, sentimos que la conducta de nuestro perro empeora, por eso la impaciencia nos enseña que nos gustaría sentirnos comprendidos, y lo mejor de todo esto es que es completamente posible, sólo que no nos habíamos dado cuenta de como estaba tejido este estambre.

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