Mágica convivencia entre nuestros perros y gatos
¡Un gatito ha llegado! Y nuestro perrito feliz, nuestra respuesta ante los sucesos influyen totalmente en lo que nos rodea, las personas y por supuesto nuestras mascotas.
A veces ya tenemos perrito o gatito y creemos que si llega otro nuevo se enojarán o se sentirán amenazados, eso es posible primero porque efectivamente, al ser del reino animal, su instinto tiende a ser el primero en reaccionar y pensar que el nuevo integrante causará conflicto o desarmonía.
Sin embargo hay un pequeño detalle que olvidamos, nosotros también tendemos a reaccionar de forma instintiva, sólo que a diferencia de ellos, los perros, gatos o cualquier otro ser vivo, tenemos la bella capacidad de crear magia y armonía con un simple y sencillo paso: cambiar lo que nos hace sentir que algo va a fallar, pensando que si yo me siento en calma y con alegría inevitablemente eso lo vamos a irradiar a nuestro alrededor, por lo que nuestros compañeros peludos se definirán en base a nuestra actitud, sin importar raza, especie, tamaño, maullido o ladrido, todo emana de nuestra forma interna de sentirnos.
Síganos para la siguiente redacción donde continuaremos compartiendo interesantes y muy sencillos tips para seguir creando magia en la convivencia perruna, gatuna y almas humanas.
A veces ya tenemos perrito o gatito y creemos que si llega otro nuevo se enojarán o se sentirán amenazados, eso es posible primero porque efectivamente, al ser del reino animal, su instinto tiende a ser el primero en reaccionar y pensar que el nuevo integrante causará conflicto o desarmonía.
Sin embargo hay un pequeño detalle que olvidamos, nosotros también tendemos a reaccionar de forma instintiva, sólo que a diferencia de ellos, los perros, gatos o cualquier otro ser vivo, tenemos la bella capacidad de crear magia y armonía con un simple y sencillo paso: cambiar lo que nos hace sentir que algo va a fallar, pensando que si yo me siento en calma y con alegría inevitablemente eso lo vamos a irradiar a nuestro alrededor, por lo que nuestros compañeros peludos se definirán en base a nuestra actitud, sin importar raza, especie, tamaño, maullido o ladrido, todo emana de nuestra forma interna de sentirnos.
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